31 julio 2005

Hace unos dias posteé que había tenido un desencuentro con mi jefe. Hoy, y para no ser partidista conmigo mismo, he de decir que ayer me subieron el sueldo. Lejos de querer ser hipócrita y desagradecido, me dejó un raro sabor de boca: he conseguido que aparentemente se me valore en mi currillo dando caña y poniendome combativo y hostil con mi situación laboral, y parece que el trabajo de este año y medio no cuenta, pero bueno, como dice cifra: hay que pensar en positivo. Me da rabia también que este tipo de cosas no se puedan "negociar" de una manera natural y fluida, como dijo ayer el Maestro del Gremio de Cuervos, al fin y al cabo los currantes ofrecen un servicio a sus patrones y por ello reciben una retribución, todo debería ser mucho más fácil.

Por otro lado, estoy a horas de que hagamos el "Pool" de figuras de Angelfire, y como ya dije como no salga un solo Hezrou, me haré el Hara-Kiri con una cucharilla de Moka. Hoy muchas figuritas volveran a casa por navidad, algunas sustraidas ilicitamente por gente muy mala. Hoy, en lo que al plástico se refiere, se hará justicia.

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30 julio 2005

De gramos y pesares. Hoy me he podido comprar un camiseta XL.... yuuuuhu!!! hacía ya mucho tiempo, y ha sido bastante gratificante. Por otro lado, mañana me vuelvo a pesar después de dos semanas de deslices frecuentes, asi que miedo me da... Tendré que volver al modo talibán con los malditos hidratos de carbono.

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29 julio 2005

Parece que la cosa va mejorando, a falta de Gurú que me ilumine en los caminos luminosos del blog, el aspecto de todo esto (por lo menos en mi humilde opinión) va para arriba. Me encantaría llenar de pijaditas rollo Confrontation toda la página, pero eso me da a mi que va a costar algo más de aprendizaje.

La esperada mudanza de mi currillo se está demorando, es increible la cantidad de mal Karma que se puede almacenar en tan poco espacio, pero supongo que el universo funciona así... buen rollito atraé buen rollito, y tal. Aun así es reconfortante,que entre todo este "maremagnum" de cagarrutas kármicas Cifra y yo hayamos recuperado el buen talante (aparantemente, pero quien sabe lo que duerme bajo el Besuvio y el Krakatoa).

Este fin de semana promete ser crucial para la vida de unos cuantos en el próximo mes, asi que ya os contaré.

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28 julio 2005


¿Puede existir mayor belleza?... Si en dos cases de Angelfire no sale ninguno, me hago el Hara-Kiri con una cucharilla de moka.

Sigo implementado el blog; después de tocar los colores (paciencia, ya se que esto es la pesadilla verde), he aprendido a meter fotos. Saludos desde la casa de la pradera en Matrix.

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25 julio 2005

Llevo un par de dias vegetando como una autentica ameba, y he llegado a varias conclusiones: dejo el Ogame (perder 4000 puntos pica demasiado), dejo la Coca-Cola Light (hasta ayer no había pensado en la cafeina), y el mal camino no es el adecuado (Juanvi, aunque me joda, tiene razón). Como siempre mi paso por Granada tiene un poco de viaje shamanistico, supongo que no es más que un cambio de aires y el refrescante punto de vista de Maiko (Mi gata no, mi "escorpiona").

Tengo muchas ganas de cambiar la plantilla del blog, pero mi inoperacia informatica va a retrasar la redecoración. Espero que tengais paciencia.

Desde Granada, un saludo a todos y todas.

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22 julio 2005

Qa´pla!! que diría un Klingon. Tengo que anunciar una cosa que estaba pasando por alto; la estirpe de los Sanjurjo puso el pabellón bien alto en el Freak Day. Mi glorioso hermano hizo dos finales: Munchkin y Leyenda de los 5 Anillos, y se llevó el gato al agua en Leyenda, asi que el mito de la raza superior friki torrejonera se ve acrecentada. Al fin y al cabo, mi hermano es la única persona, que yo conozca, que frikea desde los 6 añitos. Asi que Santiago; que gran friki que sos.... gordo, ah...

¡¡¡FELICIDADES!!!

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Como tenía que ser, he aquí la segunda parte de la historía que dejé incompleta.

Hay veces que me gustaría cerrar los ojos y ver lo que piensan otras personas. En una conversación, normalmente hay dos personas que realmente no piensan en lo que piensa la otra.

Salimos de allí algo aburridos. Yo estaba harta de todos aquellos gilipollas diciendo chorradas; el alcohol, ya se sabe, a ellos les hacía parecer más idiotas de lo que realmente eran, y a mi me hacía más intransigente y arisca de lo normal.

Sacó una botella, no se de donde, siempre me sorprendía así, sin saber como, sacando botellas de todas partes. Si le hubieran dado una chistera habría sacado una paloma, o un conejo, como un mago.

Me caía bien. Si, y eso que yo estaba en mi peor época, además de borracha. En aquellos momentos no había nadie bueno par ami, pero él me caía bien. No pasé por alto el hecho de que él había perdido el negro tapón de la botella de Jack Daniel´s, aunque ahora que lo pienso; cualquiera encontraba un tapón negro con la luz enfermiza de la luna tan solo.

Me encendí un cigarro, me quedaban pocos, pensé que después me acercaría a comprar otro paquete. Cada día estaban más caros, y yo sin un puto duro.

Nos sentamos, en un banco, en el respaldo con las piernas descansado en el asiento. No hay manera de estar cómoda en un jodido banco de madera.

Le di una calada al cigarro. Él me miraba. Solté el humo. Él me seguía mirando. Levanté la mano y volví a llevarme el cigarro a la boca. Sus ojos clavados en mi cara, los mios buscando las estrellas. De nuevo el humo salió de mis pulmones. Seguía mirándome. ¿Se decidiría a hablar, o seguiría como un buho? ¡Coño! no soy tan guapa, lo se, lo tengo asumido. Tio, me caes bien, pero como sigas así voy a tener que regalarte una foto.

- ¿Para tí... qué es la amistad?

Me quede "flipada" mientras él volvía a beber de su botella mirándome, para variar. ¿Y éste tio de qué va? A estas horas mi cerebro no funciona demasiado bien; el alcohol, el tabaco, el ruido, y los gilipollas que me sacan temas transcendentales de conversación lo atrofian.

- No sé... ¿Y pára ti?
- Yo pregunté primero.

¡Pues vaya!

- Y yo después... ¿qué más da?

Antes de contestarme volvió a beber, yo lo tomé como un intento de aunar fuerzas por su parte, así que me preparé para un golpe de profundidad devastadora, y abría bien los ojos ¡qué chorrada! como si las palabras pudiesen verse. Abrí los ojos y los clavé en los suyos.

- Creo que la amistad es la relación entre dos personas a las que no les importa perder el tiempo juntos y además comparten algo, por muy pequeño o nimio que sea.

Ya, y yo me creo que no lo dices para impresionarme. Le seguí mirando, por si se estaba riendo de mi, y mientras intente digerirlo; dos personas a las que no les importa perder el tiempo juntas, bueno, por ahí va bien, estamos perdiendo un poco de tiempo juntos, pero preferiría ir a por un cigarro, se me estaban acabando. ¿Qué comparten algo?... hasta las narices estoy yo de compartir novio... ¡por aquí cojea!

- No está mal.
-¿Eh?- Seguro que él estaba pensando en otra cosa.
- Está muy bien, me gusta esta definición tuya de la amistad, pero...
- Perooo... ¿qué?

¡Vaya! estaba a la defensiva.

- Que no tienes en cuenta ciertas cosas.
-¿Cómo cuales?
- Como esto.

Le di un beso en la boca, un pequeño beso. Fue muy dulce, la verdad, él apenas me rozó con sus labios. No acababa de creerselo. Yo sabía que él lo deseaba desde hacía ya bastante. Sabía que yo le iba, y eso que él lo disimulaba muy bien, pero una tiene instintos ¿qué se le va a hacer? Una amistad tiene cosas, por nimias que sean que no se deben compartir.

Unos segundos más tarde intentó volver a besarme. Debí imaginarmelo. Hay regalos que no se entienden. No me gustaba, simplemente me caía bien y me apeteció darle un beso.

- ¡¿Qué coño haces?!
- ¡¿Cómo qué que hago!?

Pobrecito. Se había perdido entre la niebla. Ya lo decía mi señora Madre; no hay que ser tan imprevisible, que no se puede ir así de loca por la vida.

- Estate quieto... joder...
- ¿Y tu?... ¿qué cojones te pasa?

Perdido totalmente. Esto te pasa, chaval, por juntarte conmigo. Así que asume las consecuencias.

- Sólo te intentaba demostrar que a tu definición le faltaba algo.
- Ah.... si... bueno... joder...

Más perdido que un pingüino en un Jacuzzi. Tiró la botella contra un arbol cercano, y ambos miramos mientras se la botella se burlaba de nosotros al no romperse. Volvió a mirarme, sin decir nada.

Yo ya sabía que le gustaba, pero no me gustaban las demostraciones. Esa noche no, no estaba para alardes.

- Me piro.
- ¡Haz lo que te de la puta gana!

Pedazo de borde. Si empezastes tú.

- ¡Qué te jodan! ¿Vale?
- ¿No te ibas?

Cada dia que más borde, a cada momento incluso.

Volví, pero no para quedarme. Me pillé un litro de vodka con limón, y un paquete de tabaco. Encendí un cigarro enseguida y me fuí, a ver si lograba perderme. Esa noche no estaba para demostraciones. Me acababan de demostrar algo muy importante, algo que me había dejado hecha trizas. La amistad no es nada, a veces se rompe con mucha facilidad. Me caía bien, pero esa noche dejó de haber amistad entre nosotros.

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17 julio 2005

Buenos y frikis dias. Hoy por la mañana he estado en el Freak Day Alcalaino (a falta de CLN buenas son tortas que decía mi abuela). Ha pasado algo raro. Activa y conscientemente he tenido ganas de jugar a casi todo lo que me ha pasado por delante de la cara (que bueno parece el juego de la Isla chunga de darse ostias de la muerte.. jejeje), pero como si de una respuesta Pavloviana se tratase me he sentido repelido por el frikismo, un sentimiento muy raro y chungo me recorría el cuerpo cada vez que intentaba mezclarme con el común de los frikis... A pesar de no estar en el mejor momento en el curro, por decir algo, no creí que esto pudiese llegar... no me he divertido en unas jornadas. Necesito unas vacaciones, definitivamente.

Por otro lado, y para que no todo sea malo, esta tarde hemos estado jugando los de siempre a lo de siempre, así que todavía cabe pensar que lo de esta mañana sólo ha sido una duda en la fe, una flaqueza pasajera.

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16 julio 2005

El problema de escuchar música en una cama, con los ojos cerrados, es que a veces te duermes, y luego, como no podía ser de otra manera, sueñas.

He cerrado los ojos para soñar con un pais en el que siempre atardecía, cada día de manera diferente. Con una gran loba gris que perseguía los finos hilos de oro de los sueños ajenos. Con un caballero andante que volvía a casa para ser el cazador. Conmigo soñando con un enjambre de insectos. Conmigo abriendo los ojos y despertando.

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13 julio 2005

Me muero de la envidia, envidia sana eso si: estoy viendo el blog de Maiko y es una verdadera chulada. No entiendo lo de "Fat & Ugly", de veras.

Pasado el ataque de envidia, he estado desempolvando historias que tenía sepultadas bajo mucho rol (literal y figurativamente hablando), y he encontrado otra para dedicarsela a Santiago, que me parece que toda ayuda ultimamente es poca. Bueno, sin más preámbulos, he aquí el primer capitulo de esta historia de instituto (Santiago, que gran fan de Felicity sos... gordo, ah...)

Cierro los ojos para recordar que estabamos hasta las narices de estar allí. Nos fuimos a la calle a que nos diese un poco el aire, y huimos de ese lugar. Yo llevaba una botella medio vacía de Jack Daniel´s ¿ o estaba medio llena? y maldecía por lo bajo por haber perdido el tapón negro de la botella. Mientras andábamos hacia el parque ella encendió un cigarro, se lo fue llevando ritmicamente a sus labios.

Después de andar un rato vimos un banco, atraidos por él nos sentamos sobre el respaldo. Puse la botella entre mis piernas, no la pude tapar. Mientras me volvíaa acordar del jodido tapón le miré.

Es extraño; a la luz del dia no me parecía espectacular, un cierto "je ne sais quoi" si tenía. En ese momento con la luz de la luna y las farolas perfilando su rostro era diferente, y si hibiese estado hecha de mármol, la habría podido confundir con una estatua griega. Ojala. Habría estado bien que fuese de mármol, podría haber hablado con ella sin miedo a su reacción, pero era de carne y hueso. Le hablé.

- ¿Para tí... qué es la amistad?- bebí un buen sorbo, mirándola para ver que cara ponía. Ninguna en especial.
- No se... ¿y para tí?
- Yo pregunté primero.
- Y yo después ¿qué más da?
- Bueno... - Otro ambarino golpe llegó a mi estómago- ... creo que la amistad es la relación entre dos personas a las que no les importa perder el tiempo juntas y además comparte algo, por muy nimio que sea.

En ese momento me di cuenta de que hablaba más para mi que para otra persona, aun así ella me miraba. No se si su mirada era por lo "profundo" de mi pensamiento o por lo que habíamos bebido, pero me observaba con una mirada extraña. Esperó un poco a que volviese a beber un poco más y me dijo:

- Está bien, me gusta esta definición tuya de la amistad, pero...
-"Pero"... ¿qué?
-Que no tienes en cuenta ciertas cosas.
-¿Cómo qué?
-Como esto.

Se me acercó con los ojos abiertos. Con la mano izquierda me cogió suavemente el cuello y me besó. Si, me besó de una manera especial. Un sabor mezcla de tabaco, alcohol y ruido se apoderó de mis mermados sentidos, y cuando sentí que, después de retirar su siniestra, se separaban sus labios, regresé a la consciencia de un estado mezcla de... no se de que exactamente, pero tenía que ser mezcla de algo por que muy puro no era. Volví a beber, un par de veces, me sacudí fuertemente la sorpresa. Quería replicar, pero sólo puede hacer una cosa: intentar devolverle el golpe, supongo que movido por lo etílico o lo "testosteronil". Intenté besarla.

- ¡¿Qué haces!?
- ¿Cómo qué que hago?
- Estate quieto ¡Joder!
-¿Y tu?... ¿Qué coño te pasa?
-Sólo te estaba demostrando que a tu definición le faltaba algo.
- ¡Ah!... si... bueno... joder...

Me sentí lo más pequeño, ridículo y borracho de todo este plano de la existencia. Bebí por última vez un largo trago que finalmente terminó con la vida de la botella, y la lancé contra un arbol. No se rompió, antes me había equivocado con lo de la ridiculez.

Le miré, y en su mirada estupefacta e incrédula descubrí un brillo, un brillo que correspondía a un descubrimiento: ella por fin se había dado cuenta de lo que yo sentía.

Estabamos hartos y nos habíamos ido, realmente hartos. Cuando nos fuimos hubiéramos preferido morir antes que volver, y ahora ella me había comprendido y volvía.

Me quedé solo.

Esperé cinco minutos, y yo también regresé. Pasé a escondidas saqué otra botella de Jack Daniel´s, y sin mirar a nadie a los ojos, me fuí a casa.

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06 julio 2005

Entre hoy y ayer me ha tocado escuchar varias cosas que hubiese preferido no escuchar; ayer mi jefe, el cual me contrató por un año, en vez de hacerme un contrato indefinido directamente, por motivos puramente burocráticos (por llamarlo de alguna manera), me decía que si no valorase mi trabajo no me habría prolongado el contrato. Por lo que yo entendí, mi trabajo ha sido "mínimo" ya que lo valora simplemente para que siga trabajando, también entiendo que no ve nada en mi trabajo de "extra" o añadido ya que no entiende que yo piense que estoy infravalorado en cuanto a sueldo y otras condiciones laborales.

Para colmo de males, esta mañana un cliente (director de sucursal de banco, para mas señas) me dice que Europa va camino de que desaparezcan servicios sociales tales como la seguridad social y los pagos de las pensiones. Además de asegurar, el tipo, que veía muy normal que la situación economica-social europea se fuese pareciendo cada vez más a la de U.S.A. por un montón de razones que supongo que a él le pareceran la mar de lógicas, pero yo me acuerdo del abuelo de unos 70 años que vi fregando el suelo de un Burguer King y no lo veo nada lógico, suba la esperanza de vida o no.

Todo esto me reafirma en mi opinión sobre la naturaleza del ser humano, además si todo esto pasa es porque realmente nos lo merecemos, por "melones".

Un saludo a todos.

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02 julio 2005

Un saludo a todos. Como prometí, voy a comenzar a subir historias cortas y demás parrafadas. Esta concretamente le escribí hace ya unos añitos, y esta dedicada: Santiago, que gran fan de Dawson sos, gordo ... ah...

1 de Febrero de 1998

Una mancha amarila. Una mancha amarilla en el lomo de una serpiente gris, rodeada de una inmensidad blanca. Esto es lo que vería un pájaro que sobrevolase nuestro autobús. Siempre me ha gustado pensar en los pájaros, pero no demasiado. Demasiado es malo.

Volvíamos a casa, a Regina, en la provincia de Saskatchewan, en Canadá. Volvíamos a casa victoriosos, los invencibles “Spartans” del Instituto Haley. Volvíamos a casa de la Final Nacional Juvenil de lacrosse.

El interior del autobus era un bullicio; todo el mundo gritando y contando lo que había hecho o dejado de hacer durante el partido. Jonah y yo eramos los únicos callados. Yo mirando por la ventana, y él mirandome a mi. Me quería. Me quería demasiado.

Era invierno y fuera nevaba, miraba los pinos, uno tras otro engalanados de blanco, los arboles que bordeaban la carretera interprovincial. ¿Y Yo? ¿Le quería? Aunque nadie excepto él lo supiera, para mi era muy especial; su mirada y sus manos tan suaves, sus brazos en los que yo me habñía refugiado algunas noches. Algunas noches en las que todo el mundo me daba miedo, en las que todo el mundo me señalaba con eldedo, cuchicheaba y reía.

Le devolví la mirada , miré el rostro de Jonah, y volví a hundirme en mis dudas. No en lo que sentía por Jonah, eso era relativamente fácil. Lo complicado era pensar en lo que sentía, simplemente. En ese momento, deje de ver los arboles, la nieve, la carretera, a Jonah, y sólo me pude ver a mi mismo sentado en el centro de ningún sitio, rodeado de gente sin cara, de apariencia terriblemente familiar, gente de indices amenazadores.

- ¡¿Qué pasa, Austin!?- alguien me agarró desde detrás del asiento.

¡Mierda! Era Alexander, el gran capitán de los “Spartans”, el gran hombre de la final.

- Oye, sientoque no pudieras marcar al final, te metieron un buen golpe ¿eh?
- Si... tienes razón...
- Si yo hubiese estado en tu lugar habría marcado, lo que pasa es que eres un flojo- alguien se rió en algún lugar del autobús.
- No todos somos un perfecto producto de Gimansio, Alex.

Jonah me cogió por el brazo, para hacerme recordar lo poco que le gustaba a Alexander que le llamaran por el diminutivo.

- Ya, Austin... ya... – se le notaba molesto
- ¿Al final la fiesta será en tu casa, no? - ¿A qué venía eso en ese momento? No necesitaba que Jonah me protegiese.
- Si, mis padres no estan, los he echado por esta noche... ¿Vendreis, no?

Salí de la ducha, el vapor me envolvía. Miré el moratón en mi pecho... “Te llevaste un buen golpe.. ¿eh?”.... Gilipollas

Mi madre gritó algo desde abajo en las escaleras. Me esforcé en entenderla. El telefono. Me enrollé una toalla roja alrededor de la cintura y mostrando el moratón salí a coger el telefono del pasillo.

- ¡¿Qué pasa, Austin!? – Era Ruth, la hermana melliza de Jonah
- Hola, Ruth. ¿Qué quieres?
- No... nada... primero, felicitarte por lo del campeonato.
- Si... ¿y?
- Oye, ¿té pasa algo? ¿molesto?
- No, lo siento. Es que acabo de salir de la ducha, me estoy quedando helado


En ese momento miré por la ventana al fondo del pasillo. Miré y vi el pozo de extracción, con esa máquiina siempre bombeando. Había noches en las que me entretenía oyendo esa monotionía que venía del final del descampado justo enfrente de mi casa.

- ¡Austin!
- ¿Eh?
- ¡Qué te estoy hablando!
- Ah... si... perdona, lo siento Ruth... estaba hablando con mi madre.
- Si, vale. Bueno, lo que te iba diciend; que mi hermano se ha tenido que ir con mis padres, y no va a poder ir a la fiesta de Alexander. Me ha pedido que te lo diga.

¡¿Cómo!? Me imagine la ventana que enmarcaba la bomba de extracción saltando en mil pedazos que cortaron mis pies.

- ¡Austin!
- ¡Si!... ¡Vale!... gracias por el mensaje, Ruth. Te veo luego.
- Si, ya nos vemos.

Colgué lentamente, pensando. ¿Por qué? Yo ya sabía que Jonah no podía aguantar a Alexander, pero no hasta el punto de dejarme ir sólo a su fiesta. También me quedaba el recurso de no ir yo tampoco, pero no; era también mi fiesta, yo también había ganado ese maldito partido. Yo no quería odiar a Jonah por obligarme a quedar en casa. Volví a ensimismarme, intentando pensar que no había otro camino que ir a esa fiesta.

Entré en el cuarto de baño y me afeité, me puse la loción que me había regalado Jonah. Cuarenta minutos más tarde, arrancaba el coche con las llaves que me había dado mi madre.

Apagué las luces del coche, apagué el motor y se desvaneció su ronroneo.

Parecía haber luces en todas las ventanas de la casa, y con la luz salía el ruido propio de una fiesta, de una gran fiesta.

Bajé del coche. Pensaba en que había llegado en el momento justo: ni demasiado pronto, ni demasiado tarde. Tuve que esperar un poco a que me habriesen la puerta, supongo que no oyeron las cuatro primeras veces que llamé.

- ¡¿Qué pasa, Austin!?
- Hola, Ada. ¿Qué tal?

Era Ada, la novía de Alexander, la preciosa capitana de las animadoras. Me introdujo en la casa, guardó mi abrigo, y me dio una lata de cerveza, ella ya se había bebido unas cuantas. Luego se deslizó entre la gente y desapareció.

Después de ver como Ada desaparecía, me di cuenta de que estaba solo. Todo el mundo bailaba o hablaba con alguien. Decidí que no podía ser, me dirigí con una sonrisa en la boca a un grupo de compañeros que hablaban del partido . Alguien me interceptó.

- ¡Hoooola!
- Hola, Ruth...

La miré, con su cazadora roja de los “Spartans” de su hermano, y me recordó subitamente que Jonah me había abandonado. Empezó a decirme cosas que ni oía, ni quería entender. Señalo a mis compañeros, se rió, señalo a dos amigas suyas, y se rieron. Todo el mundo se reía. Todos tenían algo por lo que reirse. ¿Qué más podía pedir?

Un estruendo se sobrepuso al ruidoso ambiente y acaparó la atención de todos; Alexander había abofeteado a Ada, y ella estaba tirada al lado de la puerta de la cocina, con un bol de patatas fritas volcado a su lado. Alexander gritó algo que no quise entender y Ada se levantó corriendo y subió por las escaleras, una amiga intentó seguirla, pero alguien la detuvo y el bullicion se volvió a apoderar de la atención de todos.

Me sentí asqueado de estar en el mismo sitio en el que había pasado todo lo que estaba viendo y salí fuera, al patio trasero. Había gente, pero conseguí sentarme solo en un extremo de la piscina. Empecé a mirar al fondo de la piscina cubierta, intentando buscar un sitio en el que refugiarme, pero terminé mirando al cielo. Recordé. Recordé lo que, hace mucho tiempo, nos había dicho a Jonah y a mi su abuela: que las estrellas son agujeros que había hecho un pájaro carpintero en el cielo.

Desaparecio la imagen de la abuela de Jonah para dejar su espacio a una ventana del segundo piso, una ventana abiera en la que se veía llorando a Ada.

- ¡Toc... toc... toc!- Mis nudillos sonaron contra la puerta del dormitorio- ¡Toc... toc... toc!

Volvieron a sonar mientras pensaba que nadie me había visto subir. Nadie me prestaba atención. Giré lentamente el tirador y abrí la puerta, la silueta de ella se dibujó en la claridad del mirador, apoyada en el alfeizar. Ni siquiera giró la cabeza al oir la puerta abrirse.

- ¿Qué coño quieres?
- No... nada...

Retiró la cara de entre las manos, tan diferentes a las de Jonah. Me miró, le costó unos segundos, pero finalmente me reconoció.


- ¡Ah!... lo siento, Austin... creí...
- Que era Alex ¿no?
- Si... perdona...

Cerré la puerta tras de mi, y me senté a su ladoen el alfeizar.

- ¿Qué haces aquí?
- Nada... te ví por la ventana... creía que necesitabas hablar con alguien
- Gracias...

Comenzó a explicarme lo que había pasado, no quise entenderlo pero la escuché. Empezó a llorar, y durante un momento recordé que yo también había llorado y me había refugiado en los brazos de Jonah. ¿Por qué me había abandonado? Sentí la necesidad de abrazarla, de reconfortarla, de compartir con ella lo que yo sentía entre los brazos de Jonah, del lejano Jonah.

Le abracé.

Le abracé, y un golpe de electricidad estática nos recorrió, a ella que seguía llorando sobre mi pecho, y a mi que miraba al cielo a través de la ventana. Un millar de extrañezas hicieron acallaron mis pensamientos y rindieron mis sensaciones. Levantó su cara, y me hundió sus ojos de cristales rotosen los mios. Todo saltó hecho pedazos; lo fácil y lo difícil, Jonah, Alexander, Ruth, la gente sin cara de índices amenazadores, las llaves del coche de mis padres, la bomba de extracción de petróleo, los pajaros.

Nuestros labios y nuestras manos se buscaron apresurándose a tantear en lo desconocido. Sus últimas lágrimas se secaron sobre mi moratón. Deje de ser, para empezar a compartir algo que me impedía alejarme de allí y trepar hasta la luna.

Aunque ella reposara sobre mi, dormida como la inocencia de un niño, yo no podía dormir. Quería sentirme sucio, pero no encontraba el por que. Quería poder mirarme en un espejo, pero sobre todo no quería pensar, ni pensar en nada, ni pensar en nadie.

Terminé de abrocharme la camisa, y salí del dormitorio. Cuando cerré la puerta, suavemente, deje dentro todos los sentimientos que hubiera podido experimentar por Ada, y me sentí vacio porque no encontré ningún sentimiento más. Asustado por el vacio emocional que sentía bajé la escalera. La fiesta estaba muriendose, y como si de un campo de batalla se tratase, el salón estaba lleno de cuerpos, cadáveres de gente viva que ya no me amenazaba con el dedo.

Busqué a Ruth para despedirme pero ya se había ido. Finalmente yo también me fui.

Cuando llevaba unos minutos conduciendo me di cuenta que volvía a casa, sin querer llegar a ella. Busqué una cinta, mi cinta preferida. Sonó una canción que decía muchas cosas: La luna llena ilumina mi habitación y envia mi mente a volar... creía que soñaba un imposible que parecía realidad... he encontrado un camino para que tu y yo volemos finalemente libres... simplemente elige un destino en el asiento del trono de diamantes.

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