A veces, leyendo en el periódico de otro llegas a conclusiones interesantes. Hace poco el amigo Gallardón se ha llevado un tremendo varapalo, donde tremendo puede ser un eufemismo tremendo. Yo siempre he creído que la enemistad Gallardón vs. Aguirre era puro teatro, y una maniobra de marketing por parte del PP, para mantener sus dos activos más importantes periódicamente en los periódicos, y darles así un espacio donde cohabitar hasta el momento de decidirse por uno de los dos, y apoyándose en el cadáver de uno, lanzar al otro hasta el infinito y más allá. Pues parece que así ha sido, un giro hacia donde sólo la “Espe” puede llevar al PP es lo que nos espera. Toda esta algarabía, en principio, debería mermar las posibilidades electorales del partido de la gaviota (O por lo menos eso espero), pero de entre las cenizas de la derrota, el cadáver ya frío de Gallardón, y el todavía caliente de Mariano, resurgirá una política que desde los buenos tiempos de CQC, donde quedó patente en repetidas ocasiones diversas facetas de la Aguirre, hasta estos momentos se ha ido convirtiendo en el referente de muchos votantes de derechas de esta, nuestra nación.Todo esto tiene una lectura buena, al menos, y es que en Génova hace falta un macho alfa visible y palpable, por que esta generación de líderes del PP no sabe estar sin un firme liderazgo. Al final la imagen del Doverman, de aquel polémico spot publicitario, no va a alejarse tanto de la realidad. Este país necesita políticos, en el sentido más etimológico de la palabra, y menos “quiero-ser” líder, que no tienen ningún tipo de remordimiento en tirarle una dentellada al que tienen al lado para mantener, e implementar, la posición de poder que disfrutan (Y si no, que pregunten a los vecinos de Guadalajara sobre la “acertadísima” localización de la estación ferroviaria del Ave en su municipio).
Una de regalo. No he llegado a leer el municipio, ni el texto de la noticia; sólo el encabezamiento: “La SGAE embarga 500€ a una asociación de vecinos por realizar tres conciertos gratuitos”. ¿Increíble o sólo cotidiano? Dios me libre de dejarle un libro a nadie. Es más, leer por encima del hombro el periódico de otro, que me ha llevado escribir todo esto, y ahorrarme así unas perrillas ¿es delito? Menos mal que el periódico era uno gratuito.
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